De entre las muchísimas cosas que me traigo del desierto, uno de los recuerdos más emocionantes fue la actuación de los gnawa en su pueblo, khamelia y aún aluciné más cuando tuvimos el privilegio de conocer de primera mano, la historia de su baile. Porque son claramente un ejemplo a seguir, sobre todo por el orgullo con el que difunden sus raíces.
Con el tiempo, estos esclavos se convirtieron al Islam pero manteniendo algunas de sus creencias y rituales, en particular los ritos de trance o posesión.
Los gnawa practican el trance hipnótico por medio de una música de raíces subsaharianas y unos bailes que evocan a los santos protectores, a los que se supone poder para expulsar a los demonios y curar determinadas enfermedades. En Marruecos se piensa que los gnawa son especialistas en sanar, gracias a esa intercesión, las picaduras de escorpión y los desórdenes mentales especialmente.
También cantan mujeres, pero siempre tapadas completamente, esto es una de las cosas que más me ha impactado.
Los gnawa visten de blanco, porque simboliza la pureza y llevan un cordón cruzado verde y rojo, el rojo simboliza la pasión y el sufrimiento (la sangre) y el verde la esperanza. Las castañuelas de metal simbolizan el ruido de las cadenas y el baile con pasos cortos es debido a la distancia de estas entre los pies.
Si quieres verlos, lo puedes hacer aqui.
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