viernes, 15 de octubre de 2010

Un pensamiento que no es mío.


Tengo celos de ti. ¿Por qué negarlo?
Tengo celos de ti, celos rabiosos;
celos de la sonrisa de tu boca,
celos de las miradas de tus ojos.
Cuando yo no te oigo ¿cómo hablas?
Cuando yo no te veo, ¿Cómo miras?
Cuando no estoy delante, ¿cómo suenan
los áureos cascabeles de tu risa?

Yo puedo adivinar qué pensamientos
laten en ti cuando de mí te acuerdas;
cuando es de otro el recuerdo que te asalta,
¿Qué es lo que sueñas, di, qué es lo que sueñas?

¿Cómo te suenan de otro las palabras?
Tú juras que me has dado
Tu corazón, tu cuerpo y tu cariño;
pero nunca sabré si tras tus ojos
se esconde un pensamiento que no es mío.



Un día me dijiste; si sigues pensando así sucederá y cómo evitarlo? Si poco a poco el sufrimiento me va haciendo tu enemiga.

Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.
Michel De Montaigne

jueves, 7 de octubre de 2010

Color del mundo


¿Qué importa si el gato es blanco o negro, con tal que cace ratones? Den Xiao Ping.



Millones y millones. En todas las monedas. Eso es lo que nos cuesta averiguar si hay seres vivientes (Adanes y Evas, serpientes o gorilas, árboles o praderas) en planetas de roca o quién sabe de qué, en tanto que en este planetito con vida miles de niños mueren de hambre civilizada.
Los sentimientos se deslizan, a veces se refugian en guaridas de amor, pero cuando emergen al aire preso o libre, dan el color del mundo, no del universo inalcanzable sino del mundo chico, el contorno privado en que nos revolvemos.
Gracias a ellos, a los sentimientos, tomamos conciencia de que no somos otros, sino nosotros mismos.
Los sentimientos nos otorgan nombre, y con ese nombre somos lo que somos.

Mario Benedetti