jueves, 24 de septiembre de 2009

¿Y ahora qué?

No quiero que me llames mañana, ni que me lleves de la mano a pasear. No me digas cosas al oído, ni me mires al dormir. Sólo abrázame ahora, en este momento en el que todavía laten los corazones, en el que nos miramos sin saber qué ha pasado ni lo que va a pasar, sin saber que decir después de habernos dejado llevar. Abrázame hasta que volvamos a la realidad, y volvamos a controlar nuestras manos, nuestros labios. Te prometo que me iré y no volveré, pero necesito que me abraces, que me hagas sentir que hay alguien más que camina solo y se desliza por esta pendiente sin fin que es la vida. Y no te daré las gracias, sólo te sonreiré y te diré adiós, y pensaré que tal vez volvamos a vernos si necesitamos aferrarnos a algo y dejar de caer, sólo por una noche.

(A. Mtnez. Ariza, 2008)


A veces el destino juega un poco al despiste, a mi últimamente no deja de sorprenderme. El factor sorpresa me encanta, esa es una de las cosas interesantes que tiene la libertad "emocional", pero ¿Y ahora qué?

Como bien dice Sabina, "nunca jamás quiere decir tal vez".......todo este tiempo no he salido a buscarte, por miedo a encontrarte y ahora ya no me puedo fiar de mis "imposibles". No sé cómo acabará esto, pero no quiero jugar sucio y ni mucho menos soy una amante despechada que no sabe perder.

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