Casi puedo asegurar que este fue mi primer libro de lectura, he ido pasando páginas y mi sobrina alucinaba de como todavía me podía acordar de lo que iba pasando hoja por hoja, pasé muchas tardes con Borja (cuya madre olía a manzana) y su osito Pancete, que jugaban a los piratas y su tesoro eran los lápices de colores y las bolas de cristal, cuando lo encontraban siempre lo celebraban cantando una canción:
Por el mar de las Antillas
anda un barco de papel.
Anda y anda el barco, barco,
sin timonel.
Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más,
anda y anda el barco, barco,
sin descansar.
Sin duda ha habido otros libros que marcaron mi infancia, como "Fray Perico y su Borrico", uno que no recuerdo como se llamaba pero era de dibujar números y que de vez en cuando me propongo rebuscar por algún viejo cajón para encontrarlo y "La Biblia", me la regaló mi padre porque la necesitaba en el colegio, fuimos a comprarla juntos y yo elegí la que más me gustó. Algunas noches la leía, pero otras muchas, cuando oía a mi padre llegar, la cogía y hacía que estaba leyendo, me daba el beso de buenas noches y se iba tan orgulloso. Ahora la que va a su cuarto a darle el beso soy yo y me voy tan orgullosa como se iba él, aunque cada vez me cuesta más mantener la sonrisa al alejarme.
lunes, 13 de julio de 2009
Aquellos maravillosos años.
Hoy ha sido un día especial. La primera decisión tras despertar ha sido la de bajarme al pueblo a comer. Cuando he llegado a casa, he ido a ver a mi padre a su cuarto y la verdad es que de una vez para otra noto como va perdiendo las ganas de luchar por seguir en esta jodida vida que le ha tocado vivir. Me siento egoísta, pienso que debería ser menos desprendida y pasar más tiempo en casa, quizás no serviría de mucho, pero se me parte el alma, cada vez que mi padre me pregunta, te quedarás a dormir? y no es así. Mis visitas cada vez son más fugaces.
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