Yo no te culpo a ti de que la vida
No me culpes a mí de las heridas
que mis labios dejaron en tu cuerpo.
Yo me llevé el aliento de tu boca
(Culpable-Sabina)

Si quieres odiarme, no me tengas piedad.
Pero hay una cosa que no vas a lograr
Y es hacer negocios con la necesidad.
(No puedo enamorarme de ti- Sabina)
Puedo dormir en cualquier lado,
a veces solo, a veces no,
a veces pongo "reservado
el derecho de admisión".
Hoy escucho a Sabina y una vez más materializa en sus frases las palomitas de mi cabeza. Sus versos son consejos para mí. ¿Y para ti? Pues eso, que se terminó el juego del ratón y el gato.
PD; A pesar de mi animadversión por Gurruchaga, no siempre se pueden hacer las cosas como se quiere.
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