martes, 28 de septiembre de 2010

Un año menos.

Así comenzó el 27 de septiembre de 2010, día en el que cumplí 28 años, biológicos:


Así terminó, una inmensidad de horas después a 800 km de distancia y 20º de diferencia:

Puedo decir que fue un buen día, pero me faltó mucha gente cerca; Gracias E. y gracias L. (por acortar distancias), detalles como estos hacen que el fragmento que incluyo en las siguientes lineas, de momento, sea un párrafo con el que me siento identificada, pero que afortunadamente estoy lejos de sentir.

«Podrás decir que cada año que cumples supone una nueva pincelada para añadir al que será el retrato definitivo. Podrías decir también que cada nuevo año es una paletada de tierra sobre la tumba de tu juventud. Cada nuevo año supone más experiencia, y, por tanto, dicen, más sabiduría y serenidad. Cada cumpleaños supone el recordatorio puntual de tu conciencia: este año tampoco has hecho nada con tu vida. Hoy cumplo treinta años. Llevo desperdiciado exactamente un tercio de mi existencia»

Amor, curiosidad, prozac y dudas (Lucía Etxebarria)
Espero que mi amigo R. me perdone por parafrasear estas palabras que un día me encogieron un poco el corazón y hubiera deseado fueran para mí:
En el fondo la edad no debería medirse en años. Cada día, vives, ríes, lloras, amas, odias, aprendes, recuerdas, olvidas...Crecemos cada día, no cada año...A veces tan solo necesitamos minutos...Incluso un segundo puede hacernos inmensos...Y también chikitos...
Disfruta cada instante, porque aún queda mucho camino por recorrer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario